Junior Seau se suicidó de un disparo de arma de fuego al pecho, determinó el médico forense del condado de San Diego, un día después de que se encontrara al exjugador en la recámara de su casa con el disparo que le costó la vida.

El capellán Swawn Mitchell, a nombre de la familia de Seau, dijo que la donación del cerebro del linebacker fue decidida el jueves por los familiares del jugador.

Mitchell informó de que las investigaciones «ayudarán a otros que están en el camino de cometer el mismo tipo de acto».

Ahora la donación depende de los resultados de los análisis preliminares.

Junior sufrió innumerables conmociones como jugador defensivo durante su carrera de 20 años dentro de la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL), de acuerdo con declaraciones que ha realizado a varios medios locales su exmujer, Gina.

Sin embargo, la exesposa de Seau también admitió que desconoce si las conmociones hayan dañado el cerebro de Junior, porque «era un verdadero guerrero, siempre se reponía y enseguida continuaba jugando».

Al concluir la autopsia el jueves por la noche, un equipo médico empezó el estudio del cerebro de Seau, que jugó para los Troyanos de la Universidad del Sur de California, los Chargers, a los que llevo al Super Bowl, Los Dolphins de Miami, y los Patriots de Nueva Inglaterra.

La próxima semana, los Chargers celebraran una ceremonia religiosa en la escuela Preparatoria de Oceanside, donde Seau jugó antes de ser becado en la Universidad del Sur de California (USC) para jugar con los Troyanos, en Pasadena